La llegada de Bildu al gobierno foral de Gipuzkoa supuso un halo de esperanza para infinidad de grupos sociales que trabajan filantrópicamente en pro del bien común. Así, los principios cuya defensa anunciaba la formación política llegaron a ilusionar como no se recordaba en mucho tiempo a lo más variopinto del mundo del asociacionismo. Parecía que soplaban nuevos vientos en todos los frentes.
Sin embargo, en lo que hace a la conservación de la naturaleza hay un ámbito que parece sustraerse a todo cambio, gobierne quien gobierne: la caza.
El lobby armero-cazador ha mantenido de siempre unas inmejorables relaciones con los gobiernos forales. Han conseguido que la conservación de la naturaleza y la gestión de la caza y de la pesca queden al margen de los departamentos de medio ambiente y sean gestionados desde Agricultura y Montes, o el departamento coyuntural a la sazón. Se aseguran así de que no haya conservacionistas, sino madereros, gestionando la competencia. Su influencia y su presunto peso electoral han sido esgrimidos como argumentos valedores de lo interesante de llevarse bien con ellos, argumentos a los que han sucumbido, uno tras otro, los sucesivos equipos forales. El resultado de ello ha sido una constante y paulatina relajación de la normativa y de las limitaciones al ejercicio de la caza, tanto en horarios, períodos, listados de especies cazables, artes y accesorios permitidos... Las escasas excepciones han llegado de forma casi invariable por imposición del derecho comunitario o estatal.
Ningún gestor político de la Diputación ha tenido las mandangas de oponerse a esta presión, con la muy honrosa excepción de Jaime Zubia. Sueltas de animales de granja sin fines de repoblación sino simplemente para dar gusto a los 'cazadores' que no le hacen ascos a disparar a gallinas atadas, han sido sufragadas con dinero de todos y, para mas inri, con cargo a los presupuestos de conservación de la naturaleza. Instalaciones como las escuelas de caza y de pesca, han sido igualmente subvencionadas, no por Deportes, sino por Conservación de la naturaleza.
La sintonía entre los responsables políticos forales y la federación guipuzcoana de caza alcanzó su cénit en la pasada legislatura, coincidiendo con el infame mandato del beasaindarra Asier Arrese, quien se prodigó en atenciones para aquélla. Entre sus logros, adelantar la apertura matinal para permitir de facto cazar becadas a la espera desde los puestos y prorrogar, por artículo 33 y sin ningún informe técnico, la temporada de becadas en febrero, poniendo en riesgo a las escasas becadas reproductoras que nos quedan. Incurriendo, dicho sea de paso, en flagrantes ilegalidades al permitir cazar (¡otra vez!) en contrapasa y, lo que es más grave, en plena época de celo de la especie.
Esta semana la DFG ha aprobado la Orden foral de vedas para la temporada 2012-2013. Una magnífica oportunidad para Bildu de demostrar que ha llegado para cambiar algo el panorama. Pero no. Los responsables de la coalición han preferido la salida fácil, contentar a los que más ruido meten y hacer dejación palmaria de su obligación de gestionar los recursos naturales vivos PARA CONSERVARLOS. A esto hay que añadir la graciosa, e ilegal, concesión de una subvención nominativa de 90.000 euros, 40.000 más que los que les regaló el PNV el año pasado, a la FGC. Bildu ha mantenido los bestiales horarios crepusculares, el bestial calendario hábil para becadas (Gipuzkoa es el territorio con mayor presión sobre la especie en todo el estado, con gran diferencia sobre el siguiente), la prórroga becadera de Arrese, la caza de paloma bravía y de codorniz (especies notablemente escasas en Gipuzkoa), la caza de tórtola común --una especie a las puertas de ser declarada en peligro--, la caza de palomas en media veda (regalo igualmente reciente), permite el ilegítimo uso de zumbadores electrónicos para los perros... etc. Es decir, NO HA CAMBIADO ABSOLUTAMENTE NADA.
Para mayor escarnio de la Exclma. Diputación de Gipuzkoa, esta presente primavera un colectivo formado por 16 asociaciones conservacionistas, presentamos un documento a la Diputación en el que analizábamos la situación de la caza mayor y menor en Gipuzkoa. Manteniendo una reunión con la misma en la que solo pedíamos los siguientes puntos para aplicar a la presente Orden Foral de Vedas,
- La temporada de caza debe terminar el 31 de enero.
- La caza de la becada debe contar con días de descanso semanales en los que no se pueda cazar.
- Se puede cazar a partir de las 8:00 h (hasta el 30 de noviembre) y desde las 8:30 a partir del 1 de diciembre.
- Se aplicará estrictamente el protocolo de olas de frío y se hará cumplir en su integridad. En todo caso, este protocolo tendrá en cuenta las prohibiciones en zonas limítrofes. Relación y colaboración permanente de Diputación con la Fiscalía de Medio Ambiente, con actuaciones automáticas ante delitos penales contra la fauna silvestre.
- El consejo asesor de caza contará con un representante de los grupos conservacionistas firmantes de este documento y que representa la mayoría de la sensibilidad conservacionista gipuzkoana. Dicho consejo, tendrá en cuenta las decisiones del Consejo Territorial de Biodiversidad (Consejo propuesto en la anterior reunión por los responsables del Departamento de Desarrollo Rural, Turismo e Innovación).
Los asistentes a la misma por parte de la diputación, el técnico Iñigo Mendiola y el político Julián Unanue (el sr.Uriguen, responsable del departamento, no acudió aunque a los representantes de los cazadores vuela a recibir con los brazos abiertos cada vez que le llaman) nos dieron la razón punto por punto porque les parecía apropiado, justo y cabal, el planteamiento. Aunque luego curiosamente no se ha visto reflejado en la presente Orden Foral de Vedas. Nótese que en uno de los puntos tan solo pedíamos retrasar media hora la apertura por la mañana de la hora de inicio de la actividad cinegética, ¡cuánto pedir!
En Itsas Enara Ornitologia Elkartea, muy a nuestro pesar, tomamos muy buena nota de esta demostración de cómo entiende Bildu la conservación de la naturaleza en lo que hace a la caza, e invitamos al movimiento ecologista y conservacionista a que haga lo propio.
No se puede nombrar director de montes a un delincuente ambiental como Julian Unanue para que siga haciendo lo mismo que hizo antes --destruir el medio y permitir que los cazadores campen a sus anchas-- y esperar que el tiempo no te pida cuentas. Es legítimo exigir a Bildu seriedad para con la sociedad y una política acorde con los principios que dice defender. El tiempo corre.
ErantzunEzabatuConvendría que alguien pusiera de manifiesto que Julián Unanue obra por interés propio cuando cede a las presiones del lobby cazador: el hombre del lobby cazador en Lakua es Martín Ascasibar, alto funcionario del GV y cabeza a su vez del lobby maderero. A Unanue, EMPRESARIO FORESTAL, NO LO OLVIDEMOS, le interesa mucho llevarse bien con Ascasibar, y toda decisión que toma con respecto a la caza desde su privilegiada posición la toma para no contrariar a Ascasibar.
ErantzunEzabatuNada de esto tiene que ver con el interés de los contribuyentes guipuzcoanos, ni con los de sus votantes, sino con el suyo propio.
Quizás algún otro lector nos pueda contar detalles sobre cómo intervino Ascasibar, lobby maderero, para impedir que la diputación sancionara a Unanue cuando cortó a matarrasa hace unos años casi 50 hectareas en terrenos de fuerte pendiente de Erdoizta. Unanue acababa de dejar el cargo de director de montes de la DFG y lo primero que hizo una vez regresado a sus trabajos forestales fue apsarse por el arco del triunfo toda la normativa que él mismo había estado encargado de hacer cumplir. Por cierto, el encargo de talar el pinar le llego, curiosamente, de Kutxa. ¿Favor con favor se paga?
Que lo destituyan ya.