Recientemente, un particular encontró una cigüeñuela
joven en Hondarribia, incapaz de valerse sola, y la llevó a la Ekoetxea de
Plaiaundi. Desde allá avisaron a los guardas, que llevaron al ejemplar al
centro de recuperación Arrano Etxea. Hasta aquí todo normal, el protocolo
establecido en estos casos.
|
Este es el animal del caso que comentamos |
Lo sorprendente es que el ejemplar fue inmediatamente
devuelto por Arrano Etxea, al considerarlo apto para su liberación. La cigüeñuela
no podía caminar, se caía al agua y no podía moverse, con riesgo de
ahogamiento. Tras un intento de liberación, y con algunos ornitólogos y
visitantes testigos del lamentable estado físico del animal, ante la muerte
segura de haberla dejado a su suerte, el personal de Ekoetxea se puso en
contacto con un veterinario particular, que realizó un examen del animal. El
ejemplar no presentaba lesiones aparentes, heridas o fracturas, sino un estado avanzado
de agotamiento y desnutrición; fue sometido a algunas pruebas veterinarias, que
dieron como resultado una parasitosis, causante de su debilidad. Fue tratado
por el veterinario y cuidado en la medida de sus posibilidades por personal de
Plaiaundi, a pesar de lo cual no pudo remontar y murió a los pocos días.
La cigüeñuela común (Himantopus
himantopus) está considerada "De interés especial" en el Catálogo
Vasco de Especies Amenazadas, y figura en el Anexo I de la Directiva Aves europea.
El ejemplar fue considerado recuperable por el veterinario, y probablemente hubiera
podido ser felizmente liberado de haber recibido la atención que merecía.
Sabemos que no nos encontramos ante un hecho aislado. Queremos denunciar la
situación que vi-ve el servicio de recuperación de fauna silvestre en Gipuzkoa,
con un centro (Arrano Etxea) obsoleto y anómalo, un domicilio particular con
todas las limitaciones imaginables basado en el puro voluntarismo, que no ha
cambiado desde los años 80 y que las autoridades quieren hacer pasar por centro
de recuperación oficial. Además de las evidentes limitaciones de espacio e
instalaciones, no cuenta ni siquiera con atención veterinaria (el servicio
veterinario básico de quirófano, rayos X, etc. no está contratado actualmente),
reinando la opacidad en cuanto a procedimientos y resultados, y mucho nos
tememos que hoy en día está muy lejos de ser un centro de rehabilitación
normalizado. La situación es más grave todavía teniendo en cuenta que el nuevo
centro de recuperación de la DFG en la finca foral Arizmendi (Urnieta),
completamente equipado y homologado, se encuentra finalizado desde hace
bastante tiempo, pero inexplicablemente no acaba de entrar en servicio.
Nos gustaría que este triste ejemplo sirviera para
normalizar y profesionalizar de una vez por todas la atención a la fauna
silvestre herida en Gipuzkoa, con la premura ahora de que al empezar la
temporada de caza ya se está viendo un aumento considerable de aves necesitadas
de atención veterinaria. Por todo ello, creemos obligado cerrar la etapa Arrano
Etxea (no sin realizar un reconocimiento público a la labor desinteresada
llevada a cabo durante tantos años por la familia Albisu) y poner en
funcionamiento el nuevo centro de Urnieta, en manos de profesionales.
Reconociendo que la recuperación de aves en
mal estado por causas naturales es un debate abierto, entendemos que la forma
correcta de actuar en estos casos es acudir a centros de recuperación. A
primera vista es muy difícil identificar la causa real del mal estado del ave.
Además, debemos de tener en cuenta la ya precaria situación de muchas especies.