El mundo al revés.
El mundo al revés.
Nótese que introducir (físicamente,
queremos decir) miles de plantas exóticas en un parque natural es una puerta
abierta a posibles invasiones biológicas. Nótese que un mercado abierto a
baserritarras, productores, comerciantes, aficionados a la jardinería... etc.,
reúne a miles de visitantes en una zona sensible. Nótese que un jornada de
conservación de flora en peligro de extinción atrae a un par de docenas de
interesados. Nótese que concentraciones multitudinarias en zonas sensibles en época
de cría pueden comprometer la reproducción y la conservación de numerosas
especies.
¿Costaría mucho, por ejemplo, intercambiar los lugares de celebración de
estos dos acontecimientos? O por lo menos trasladar el mercado del monte a las
zonas urbanas. No hay ninguna razón para mantener la ubicación actual y sí para trasladarla.
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